
Para AVACU el riesgo consiste en que los consumidores de este dulce, mayoritariamente niños y jóvenes, "podrían minimizar los riesgos de tener en sus manos un petardo real, anulando los esfuerzos que desde la administración, escuelas y asociaciones de consumidores se hacen para concienciar sobre la peligrosidad de los artículos pirotécnicos y la importancia de un uso correcto".
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